27 de agosto de 2015

Brownie vegano de garbanzos (Sin gluten)



Este es uno de los mejores y mas sanos brownies que he probado y es vegano!! Vale que tiene azúcar y hidratos de carbono, pero NI HUEVOS, NI HARINA, NI LECHE, NI MANTEQUILLA... ¿no es estupendo?

La receta de no es mía, me la presto Carla, una chica encantadora que conocí trabajando en el Tast a la Rambla de Barcelona este pasado julio; cocinera y profesora de cocina vegetariana, vegana y saludable, fue todo un descubrimiento hablar con ella.


Ingredientes:
  • 400 gr de garbanzos cocidos
  • 230 gr de azúcar moreno o xilitol en polvo*
  • 90 gr de copos de avena (sin gluten)
  • 75 gr de compota de manzana
  • 3 cdas. de cacao en polvo o un poco más si os gusta potente
  • 3 cdas. de aceite de oliva virgen
  • 1 cda. de levadura en polvo
  • 1/2 cda. de bicarbonato
  • 1/2 cda. de sal
  • Vainilla
  • 100 gr. de trozos de chocolate negro (puede ser vegano)
  • Un puñado de nueces troceadas
*El xilitol se compra en algunas farmacias. Es un edulcorante de misma densidad que el azúcar (se mide igual) pero con un índice glucémico menor.


Elaboración:

Tan fácil como triturar con túrmix o thermomix o robot los garbanzos con el azúcar, añadir el resto de los ingredientes excepto el chocolate y las nueces y una vez esté todo homogéneo, añadir los dos últimos mezclar con una lengua.

Molde forrado, horno precalentado. 180ºC unos 20 minutos. Reposar una horita y devorar, sin más.

¡DISFRUTARLO!



Además se puede hacer la versión cookie si se le cambia la forma de hornear y no se le pone cacao a la masa, ¡¡es brutal!!

Y a vivir^^


25 de agosto de 2015

Mirador de Ulía* (Donosti, San Sebastian)

Gastronomico sobre la ciudad de San Sebastian


Desde el Mirador de Ulía se ve todo el centro de San Sebastián y la playa de Zurriola. Unas vistas privilegiadas para un restaurante que iguala las expectativas del paisaje.

El chef Ruben Trincado sirve un menú degustación personalizado basado en el buen producto tradicional vasco de la mejor calidad, logrado tras un largo recorrido por los grandes vascos como Kokotxa (en el casco viejo), el Bodegón Alejandro con Martín Berasategui y otras varias experiencias francesas. 

Ganó su primera y única estrella Michelín en 2010, que mantiene hasta hoy día.


Crujiente de algas, de jamón y de morcilla
Dos panes de algas y unas rodajas de morcilla crujientes, deshidratadas y acompañados de una emulsión de pimientas chinas algo picantes, un buen aperitivo.



Cocktail de apertura: calvados, zumo de manzana y vodka
Amargo y ácido, esencial para abrir el apetito.



Guindilla dulce, anchoa, esfera de aceituna y emulsión de piperrada
Combinaba el amargor de la piparra con el salado de la anchoa, sencillo pero bueno.


Bullabesa de marisco
Una sopa de pescado potente con merluza, muy rica aunque me sobraba la espuma en la capa superior. Se acompañaba con un gajo de pomelo que servía para limpiar el sabor de boca del final.


Gambas y karrakelas con aire de mar
Caracol de mar y gambas con aire de eneldo y un pan negro crujiente. Recuerdo que el aire robaba mucho el gusto de todos los componentes y no me sorprendió demasiado.



Ensalada de tomate, bonito, bombón de tomate agrio, albahaca y ajo negro
Tanto el sabor como el emplatado magnificos, me pareció un lienzo. Todos los elementos liberaban unos aromas frescos asombrosos. Muy fresca aunque breve con crutomat, láminas de bonito, cebolla cocida, albahaca, queso agrio y dos trozos de tomate espectacular.




Ensalada de algas, patatas, mejillones y sardina y sorbete de cerveza
Nos encantó a ambos. Aliñado con una vinagreta suave, sardina, un mejillón comestible con sabor a soja que acompañaba el umami del plato, unas patatas blancas y moradas de una textura especialmente suave y unos mejillones frescos. La combinación era brutal.
Iba acompañado con un sorbete de cerveza que fue demasiado amargo.


Cigala con jugo de tuétano y tendón crujiente
Un mar y montaña que también recuerdo divino de sabores, un fondo cárnico potente con una gamba bien cocinada que se fundía en la boca. El tendón estaba en las chips que adornaban el plato (como pan de gambas pero con sabor a carne). La remolacha liofilizada no tenía mucho que aportar más que color al conjunto.


Chipirón con cerezas y jugo de naranja
Chipirón tierno, bueno con el agridulce de la naranja y la cereza. El aire no aportaba gran cosa tampoco. Un sabor sin complicaciones.



Manzana a la sidra
Una falsa manzana helada que regaban con sidra. Buena y fresca para limpiar la boca antes de la carne pero la encontramos demasiado grande, de un bocado hubiera sido perfecta.



Pato a baja temperatura con su jugo, manzana, pipas y avellana
El pato se deshacía al corte, jugoso y caramelizado perfecto, eché de menos el sabor de la avellana que estaba en forma de praliné en una esquina. Genial con la compota de manzana ácida y los cilindros de manzana osmotizada, sabor que rebajaba la carne al mismo tiempo que los piñones la potenciaban. 



Prepostre: Yogur con cítricos
Fresco y cremoso




El queso. Carpaccio de Idiazábal, arándanos, espuma de manzana, fruto seco y helado de queso de cabra
Un postre que podría colar como entrante o tapa. Excelente combinación queso salado y cremoso, la manzana ácida y los frutos secos, a mi gusto le sobraba un puñado de ellos que a veces tapaban el sabor del conjunto. La albahaca aportaba más frescor, y el helado buenísimo yo no lo pondría en este postre.



Petit Fours: Coco, chocolate con toffee, financier y café con vainila


El servicio fue excelente en todo momento. Disfrutamos de una gran noche, de los fuegos de las fiestas de San Sebastián desde el monte Ulía, con esas vistas tan privilegiadas.

Una de las cosas que más me gustó es que las raciones eran las justas para la duración del menú y no quedamos excesivamente llenos, sensación que te hace sentir muy incómodo. Me imaginaba los cocineros enfrascados en esos emplatados tan complejos y me gustó el cariño y la dedicación con la que estaban hechos.

Descubrimos nuevos sabores e ideas muy interesantes que quedan guardadas.


Y otra semana más aquí, o otra menos, según se mire...

¡Un besote inmenso y feliz semana!



11 de agosto de 2015

El Bodegón de Alejandro (Donosti, San Sebastián)

El Bodegón de Alejandro es un restaurante que está situado en la parte vieja de Donosti junto al mercado de la Bretxa. Es un restaurante de cocina tradicional vasca modernizada que pertenece al grupo Ixo, el mismo que Mugartiz.

Está abierto los 7 días de la semana, comidas y cenas y una carta con platos que rondan los 20-25€. Es un ambiente cálido adecuado para ir en pareja o en familia, a un piso por debajo de la calle, con dos pequeños salones y una decoración rústica.

Fuimos 9 amigos, todos stagiers de Mugaritz, para disfrutar de la buena comida en nuestro único día libre; nos decidimos por el menú degustación de 6 platos por 42 € que nosotros mismos maridamos con un Guitian Valdeorras Gallego blanco y un Pétalos del Bierzo tinto. 


Aperitivo de láminas de patata y gazpacho de sandía
Ideal un gazpacho refrescante para abrir el apetito



Lasaña de anchoas
Boquerones en vinagre (parece ser que aquí se llaman anchoas de todas formas) intercalando con láminas finísimas de pasta fresca y diferentes verduras. Deliciosa, ligera y muy sabrosa, aunque el sabor avinagrado tenía mucho protagonismo. Los pimientos rojos le quedaban perfecto.



Huevos a baja temperatura con crema de emmental y bacon
El bacon no lo ví, eso esa jamón. Una buena combinación con el queso y la neutralidad de la patata en la base. Los huevos estaban perfectos. 



Lomo de merluza a la plancha con vinagreta de cítricos
El pescado en su perfecto punto. el toque cítrico le iba muy bien, aunque para mí demasiado potente. Para la mayoría fue el plato estrella



Entrecot de vaca asado con patatas sufflé y crema de ajo
Las patatas sufladas perfectas aunque sin escurrir el exceso de aceite, la crema muy potente iba genial con los demás elementos, y el entrecot bien hecho




Torrija caramelizada en la sartén con helado casero de queso
Postre sencillo y sin pretensiones, buenísima torrija de sartén (como la del concurso!!!) aunque la parte del centro estaba un poco seca, y un helado espectacular (un poco fundido por el plato caliente...)



Fresas naturales con crema de mascarpone y galleta de regaliz
Rico sin más, el helado muy bueno, la crema estaba casi caliente, y el regaliz no se notaba



Petit Fours. Financiers neutros y de chocolate



A pesar de que cenamos muy a gusto el servicio fue algo lento, sobre todo al principio, y hubo algunos pequeños fallos como servir los postres fríos en platos calientes o la carne en un plato frío.

Terminamos pagando 55€ por cabeza, teniendo en cuenta todo el menú, las botellas de agua y vino, los cafés y unos mini financiers de acompañamiento. Tuvieron el enorme detalle de invitarnos a los cafés después de haberles informado que veníamos de Mugaritz.    

La verdad es que salimos todos muy a gusto, un lugar para venir más veces y probar cosas nuevas con una buena RQP en el centro de Donosti, para luego ir a tomar una copa con vistas al mar. Sencillo, barato y saciante.


Y vuelta a Mugaritz ¡una semana más!

Muchas gracias por llegar hasta aquí y un besito enorme!!