Brownie de verdad!

El brownie decorado con chocolate blanco

Es el brownie perfecto: lo más crujiente y quebradizo por arriba pero por dentro casi como una mousse, se deshace en la boca, es denso pero no es un bizcocho ladrillo y es hiper chocolatoso... se hace la boca agua!

Esta receta no decepciona, porque sigue las bases del verdadero brownie que debe quedar crudo por dentro. De hecho es una de las únicas preparaciones reposteras en las que no sirve eso de pinchar con un cuchillo para comprobar si está cocido, siempre saldrá manchado.

Odio cuando hacen un bizcocho con nueces y más bajito de lo normal y le llaman brownie ¡NOOO! Eso es una aberración, ¡no es un brownie! El brownie tiene que quedar crudo, que se funda solo en la boca.

Como mejor sale es haciéndolo bajito, no más de 2,5 cm, sino queda demasiado grueso y se hace de bocado pesado.

Un truco que conozco desde hace poco y que es genial a la hora de hacer postres con frutos secos: tostarlos antes de usarlos, la diferencia es brutal. Durante el tostado, concentran todo el sabor, quedan más potentes y cambian realmente el resultado de toda preparación. Lo único que hay que hacer es meterlos en el horno entre 10 y 15 minutos vigilando que no se quemen y listo. Pistachos, nueces, almendras, pipas... todo sirve.

Ingredientes (para dos brownies bajitos):

• 300 gr. de mantequilla
• 180 gr. de chocolate fondant o de cobertura negro (mínimo 55% cacao)
• 330 gr. de azúcar blanco
• 4 huevos L
• 180 gr. de harina
• 40 gr. de cacao en polvo
• 3 gr. de sal
• 170 gr. de nueces peladas

Preparación:

1. Precalentar el horno a 180ºC y forrar los moldes con mantequilla y harina o papel vegetal en la base. Tostar las nueces en el horno 10-15 minutos, dándoles una vuelta para que no se quemen o quedan agrias. 
2. Batir con las varillas eléctricas el azúcar con los huevos hasta que queden blanquinosos y hayan doblado su volumen. 
3. Deshacer la mantequilla al baño maría al fuego y cuando este fundida, apagadlo y añadir el chocolate en trozos. Mezclar hasta que se funda todo y quede incorporado. Añadir esta mezcla poco a poco con una espátula a la mezcla de los huevos. 
4. Añadir la harina, el cacao y la sal, todo tamizado e integrarlo con la espátula. 
5. Trocear las nueces y agregarlas. A mi me gusta que se noten los trocitos, así que de cada media nuez saco entre 2 y 4 trocitos.  
6. Llenar los moldes y hornearlo durante 25 minutos más o menos, controlando que no se queme o se endurezca demasiado. 

Sobretodo y muy importante, antes de cortarlo dejarlo enfriar. Si se corta en caliente la masa puede estar tan cruda que se os desmorone todo y acabe siendo un púdin. En frío, los ingredientes se han solidificado y se a asentado la pasta, mucho más fácil de cortar sin estropearlo. 

¡Tremendo!