Estrella Michelín de tradición
Y su éxito no ha dejado de crecer en los últimos años, tanto que ha llevado a Marc a abrir su segundo restaurante en Barcelona: El Informal (en Hotel The Serras), que al igual que els Tinars sigue apostando por el Km 0 y la mejor calidad de toda la materia prima pero en un ambiente más al ritmo de la metrópolis.
Els Tinars es sin duda una visita obligada para todo gastrónomo de paseo por Girona y alrededores.
La relación calidad precio es casi perfecta, el menú degustación de 68€ está formado por 1 aperitivo y 8 platos: 4 entrantes, un pescado, una carne y 2 postres; el agua y los cafés son caros, pasan de los 3 € cada uno (entiendo que es una forma de tener más margen de beneficio), pero eso ya lo valora cada cual.
El sitio es muy bonito, situado en medio de la carretera en forma de clásica masía catalana, entre bosque y naturaleza. El interior es grande y de tonos blancos y limpios; el espacio entre las mesas es enorme, se agradece la intimidad pero al mismo tiempo da un poco de sensación de frialdad.
En cada plato se aprecia el cariño depositado y el 'gust per la tradició' del que presumen en su tarjeta de visita.
La calidad y el trato de la materia prima es la mejor y eso se aprecia en cada mordisco aunque a veces abusan de ingredientes gourmets como la trufa o el foie, que aparecen en más de dos platos.
Al final la cuenta salió por unos 150 € entre dos personas (con dos menús degustación de 68€, dos aguas de litro y dos cafés solos)
Pescado del día, en este caso rodaballo a la brasa con su pilpil y calçot escalivado. Otro que merece una ola, un sabor potentísimo con la pareja del calçot y su toque dulce. |
Tataki de pichón con su jugo, paté y brioche. Uno de los platos que está bien probar pero no repetiría (por gusto personal), la carne es muy potente, aunque bien cocinada y el laqueado fantástico. |
Antes de la llegada de los postres fue ese momento de larga espera que parece que se olvidaron de nosotros. Cuando llego el primer postre estábamos ansiosos y se nos olvidó sacar foto.
Era Cítricos con bizcocho de lima dulce, sorbete de naranja sanguina y fruta de la pasión. No lo recuerdo como algo espectacular, pero el sorbete me gustó mucho.
Café con hielo hecho de café, un detalle interesante |
Petit Fours: una 'chuche' de fresa, algo parecido a un financier y un hojaldre con almendra y cabello de ángel tipo diplomático (algo blando). |
En fin, que los dos nos quedamos con ganas de probar otros platos de la carta, viendo los platos que iban pasando y el carro de postres por toda la sala, una experiencia inolvidable.
Se me han puesto los dientes largos Mireia,con este maravilloso restaurante y esos platos tan exquisitos,me lo apuntare para ir cuando vaya por tu maravillosa tierra de nuevo
ResponderEliminarMuchos besos
Veo que os lo habéis pasado en grande en este restaurante, y me quedo, de todas las cosas que nos cuentas, con eso de que "En cada plato se aprecia el cariño depositado", eso es muy importante, si transmiten eso al final uno suele quedar casi siempre satisfecho.
ResponderEliminarSaludos!!