31 de marzo de 2015

Matis Bar (Barcelona)


Tapas creativas para compartir en el centro de la ciudad


El chef Artur Martínez y su hermano Juanjo, ex cocineros del Restaurante Capritx (Terrassa, una estrella Michelín), se embarcaron a finales de 2014 con el Matis Bar, situado en frente de la catedral de Barcelona y en el mismo edificio del colegio de arquitectos (C/ Plaça Nova, 5), un bar-restaurante con una extensa carta de platillos y tapas creativas, individuales y para compartir, con toques muy personales, hasta tienen un menú degustación con algunos platos dela carta por 25€, la verdad que muy completo. 

Casi medio año después de su primera apertura parece que el negocio va viento en popa. El local es grande, ofrece la posibilidad de comer en mesa o en barra, y los precios siguen siendo asequibles.

Llevaba tiempo queriendo ir después de varias recomendaciones de amigos y alguna que otra crítica que me iba provocando casi impotencia por no encontrar la situación ni el momento para ir, hasta que el lunes pasado me acordé y fuimos improvisadamente un amigo y yo.


Al ser un lunes estaba tranquilo y nos atendieron rápido y genial. La mayoría de los platos están para repetir, cual más cual menos, algunos son platos más tradicionales, otros un poco más creativos o con toques modernizados pero las bases y los sabores arrastran más hacia la cocina de casa, con alguno que marca diferencia. 
Es un sitio que vale la pena conocer y al que sí o sí hay que repetir, sobretodo por la RQP
Estomago lleno, sonrisa en la boca y bolsillo feliz.  


BOMBÓN DE QUESO Y TOMATE. Pedimos dos, comimos, pedimos dos más al final del menú. Parecía ser parmesano con un crujiente de tomate liofilizado. El sabor potente, de textura yo lo haría algo más suave. 
Ceviche de calamar. Con mango y calabaza, que combinaban ideal con la lima y con el cilantro, cantidad y textura ideal. 
El pan de coca tremendo como es costumbre, crujiente, fino, tostadito y bien untado. 


Piquillos rellenos de rabo de toro. Bastante suaves, el sabor del piquillo ganaba la carne. La salsa lo hacía jugoso.


Albóndigas a la jardinera. La carne y la salsa muy buenas, las de toda la vida, las verduras estaban casi crudas, no se si a propósito. Se acepta la zanahoria y la patata, ¿pero la berenjena? Cruda no porfavor...

Tortilla de bacalao. Sublime, un fuera de serie, espectacular. Volveré solo para volver a probar eso. Ligera con un interior como nata montada pero sabor a brandada de bacalao caliente y una textura fundente en boca, salivo al recordarla.


Macarrones a la barcelonesa. También ricos, como los de casa de siempre, una buena salsa y bien gratinados.

Arroz con leche. Delicioso, otro must del Matis. Arroz con leche más líquido que cremoso, helado de canela ahumada (sorprendente para bien) y naranja confitada. Toda la combinación era exquisita.

Flan con nata. Típico flan casero, de buena textura pero sabor más neutro y helado de nata, muy bueno. Yo no pondría otra vez naranja confitada, 

61,20€, dos personas, 3 bebidas, pan y 8 platos, ¡¿nada mal no?!

Un bar-restaurante para venir más veces con y sin amigos a pasar un buen rato, para picar algún queso o embutido, tomar una buena copa y degustar pequeños platillos originales. 

3 comentarios:

  1. Pero que pinta!! Me lo apunto para mis visitas a la ciudad. Te sigo desde ya un beso desde

    http://lospastelitosdebea.blogspot.com.es/

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  2. Que pinta tiene todo y si se degusta en buena compañía todo resulta más sabroso, espero que hagas alguno de los platos para poder copiar la receta, ja,ja.
    Un besito y feliz semana.

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  3. Con una pinta estupenda, si alguna vez viajo a Barcelona seguro que visito tu blog para buscar dónde comer. Besos!

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