Para el mes de abril, el reto tía Alia proponía como receta salada un pudin de acelgas y patata y como dulce unas perrunillas. A pesar de que suelo inclinarme por lo dulce, esta vez me ha dado más confianza el salado así que aquí está mi aportación:)
La verdad es que la foto de los apuntes de la receta quedan muy en el aire ya que no dice cantidades ni aclara mucho el proceso, pero eso es lo bueno. De ese mismo papel saldrán mil púdines diferentes, según el interprete, lo mejor del reto Tía Alia: cada uno interpreta la receta como quiere o puede y los resultados siempre son muy variados.
A mi me ha gustado mucho como me ha quedado, sobretodo porque el sabor es bastante sorprendente. En lo que es la forma, lo hubiera dejado un rato más en el horno, le habría añadido otro huevo para que cuajara más el interior y en general todo el resto muy bien. He hecho mis propias aportaciones siguiendo más o menos la receta del papel y estoy contenta con ellas, como lo de añadirle un poco de leche, trozos de zanahoria... Por dentro me ha quedado muy suave y por fuera con una ligera costra que lo hacía irresistible, para la próxima probaré añadirle calabaza o alguna otra hortaliza y alguna especia.
Ingredientes:
- 450 gr. de acelgas congeladas
- 5 patatas medianas
- 1 diente de ajo
- 1 cebolla mediana
- 3 huevos (para que quede más cuajado mejor poner 4)
- 4 cdas. de leche
- 4 cdas de pan rallado o sémola (polenta) + para untar el molde
- Tomate frito o salsa de tomate
- Queso para gratinar
- Sal y pimienta
- Aceite de oliva
- Se cuecen las patatas en agua y sal y las acelgas en otra cazuela según pida el envoltorio.
- Las patatas se pasan por el pasapurés o se chafan con un tenedor.
- Se sofríe el ajo y la cebolla, se añaden las acelgas trinchadas y se retira del fuego una vez integradas. Se añade la patata triturada, la leche, el pan rallado, los huevos batidos y se salpimienta. Según la textura se le puede añadir más leche o más pan rallado.
- Se unta un molde con aceite y se cubre con pan rallado y se vierte en el la mezcla. Se cuece en el horno precalentado a 190ºC unos 40 minutos o hasta que esté cocido si al pincharlo con un cuchillo sale limpio. Se saca del horno y se desmolda en 15 minutos. Se cubre la superficie con el tomate, el queso y se pone 10 minutos a gratinar hasta que quede crujiente. Se sirve de inmediato, caliente.
A mi me gusta más caliente, pero lo que sobró me lo comí para la cena frío con un poco de ensalada y estaba igual de bueno:)